Domingo,
28 de abril
5º Domingo de Pascua
«El que permanece en mí y yo en él, ese da
fruto abundante»
El consuelo del Espíritu Santo en medio de las
dificultades multiplica la
Iglesia, pues solo con su ayuda y protección podemos
dar frutos abundantes y llegar a los gozos de la
vida eterna. Jesús nos dice que
él y el Padre forman una comunión de amor, y que
nosotros debemos vivir unidos a él, igual que el
sarmiento a la vid, para así dar
fruto. Esto significa cumplir sus mandamientos,
dejándonos podar por Dios a través del Espíritu.
Estas palabras son su testamento
y miran al futuro de los discípulos, que deben
saber pedir y buscar la gloria de Dios Padre.
Liturgia y
comentario
|