Domingo,
27 de
abril
II Domingo
de
Pascua
o de
la
Divina Misericordia

«A los ocho días
llegó Jesús»
La unidad en la oración y en la fraternidad es el primer
fruto del Espíritu que nos hace
renacer como hijos de Dios, y esto se manifiesta
en la primera comunidad cristiana. Y es que Jesús
resucitado muestra el amor
misericordioso de Dios, y de ahí nace todo.
De su costado traspasado brota la fuente del amor
y la misericordia divina. Cuando
decimos que Dios es misericordioso estamos
diciendo que él quiere acoger la vida, y dar
vida, y, como Tomás, nos
encontramos con la misericordia de Dios cuando
comenzamos a confiar en él en
situaciones difíciles.
Liturgia y
comentario
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