Vasyl Vsevolod
Velychkovskyi nace el 1 de junio de 1903 en
Stanislaviv (ahora Ivano-Frankivsk) en el seno
de la familia de los Velychkovskyi y
Teodorovych, ambas con una larga tradición de
sacerdotes entre sus miembros. Los padres de
Vasyl, Volodymyr y Anna, educan a sus hijos en
un espíritu de devoción cristiana. Este es el
motivo por el que Vasyl alimenta desde la
infancia el deseo de trabajar por la salvación
de las almas.
Vasyl Velychkovskyi
recibe su formación primera en la ciudad de
Horodentsi. Ardiente patriota, y ya con quince
años, se alista en la armada de Galizia en
Ucrania para luchar por la independencia de su
madre patria durante la Primera Guerra Mundial.
De vuelta a casa en 1920, sano y salvo, Vasyl
Velychkovskyi entra en el seminario de Lviv. En
1924 es ordenado diácono por el Arzobispo Andrey
Sheptytskyi. Es entonces cuando Vasyl
Velychkovskyi descubre su vocación religiosa.
Con ayuda de su tía Mónica entra en el noviciado
redentorista y al año siguiente, el 29 de agosto
de 1925, profesa los votos de pobreza, castidad
y obediencia. Dado que ha completado ya sus
estudios de teología, al terminar su noviciado
es ordenado sacerdote el 9 octubre del mismo año
por el Obispo Y. Botsian.
Desde el inicio de su
vida religiosa, sus superiores advierten su
extraordinario talento de misionero. A fin de
desarrollar estas dotes, tras haber enseñado
durante dos años en el seminario menor
redentorista, «Jovenado»,
Vasyl es destinado a Stanislaviv para dirigir
misiones junto a dos cohermanos más
experimentados. El Padre Velychkovskyi da
comienzo así, a su actividad apostólica que
durará veinte largos años, hasta el principio de
la persecución de la Iglesia greco católica
ucraniana.
El 16 de noviembre de
1928, el Padre Velychkovskyi es destinado al
monasterio redentorista de Kovel. Se entrega
enseguida al trabajo misionero que se realiza en
las colonias de Galizia, dispersas en las
regiones de Volhyn y Pidliashshia, Kholm y
Polissia, y que se han separado de la Iglesia
greco católica para adherirse a la Iglesia rusa
ortodoxa. Además de dedicarse a las colonias de
galizios, el P. Velychkovskyi organiza misiones
para la población local de Volhyn, Polissia y
Belarus. Con la ayuda económica del Arzobispo
Sheptytskyi y de otros bienhechores, construye
varias iglesias y capillas. En 1935, el P.
Velychkovskyi regresa al monasterio de
Stanislaviv para desempeñar el cargo de
superior.
El P. Velychkovskyi
continúa su actividad apostólica a gran escala a
pesar de que en 1939 la Iglesia greco católica
es perseguida por los soviéticos que han ocupado
ya Ucrania occidental. En 1940 organiza una
procesión con la participación de veinte mil
fieles que, cargando con la cruz, atraviesan las
calles de Stanislaviv. A pesar de las amenazas
de la policía secreta soviética, el Padre
Velychkovskyi no se arredra. En 1941, a petición
del Arzobispo Sheptytskyi, parte para Ucrania
central a fin de trabajar entre los ucraniano
ortodoxos de Kamianets-Podilskyi. La actividad
del nuevo sacerdote en favor de Ucrania
despiertan, sin embargo, la sospecha de los
alemanes que ya han ocupado la ciudad. Apenas
tres días después de su llegada, el Padre
Velychkovskyi es acusado de colaborar con las
organizaciones de resistencia nacional ucraniana
y es conminado a abandonar la ciudad en el plazo
de veinticuatro horas. Se traslada a Ternopil y
desempeña en esta ciudad el cargo de superior de
la iglesia-monasterio de la Dormición.
En 1945, habiéndose
apoderado el régimen soviético por segunda vez
de Galizia, son detenidos en la noche del 10 de
abril los representantes de toda la jerarquía
greco católica. El 26 de julio de 1945, el Padre
Vasyl Velychkovskyi es detenido en Ternopil
imputándosele el delito de «propaganda
antisovietica». Durante el
interrogatorio se le da la oportunidad de
adherirse a la Iglesia rusa ortodoxa a cambio de
su libertad. La respuesta es: «¡Jamás!».
Más tarde, el Padre Velychkovskyi es trasladado
a la prisión de Kiev donde durará la
investigación de su caso unos dos años.
Finalmente, el tribunal regional de Kiev lo
condena a muerte por dos frases de carácter
anticomunista («horda roja»
y «banda roja») impresas en
un calendario de bolsillo publicado por el Padre
Velychkovskyi en Stanislaviv en 1939.
Durante los tres meses
de prisión en una celda de condenados a muerte,
el P. Velychkovskyi continúa fiel a sus
obligaciones de sacerdote. Enseña a los
prisioneros a orar; los instruye en las verdades
de la fe cristiana y los prepara a recibir los
Sacramentos. Los conduce a las puertas
del Cielo. Llega finalmente la noche en
que los guardias lo escoltan hasta fuera de la
celda. No lo conducen, sin embargo, hasta el
lugar de la ejecución, sino al despacho de la
administración de la prisión. Una vez allí, le
informan de que su sentencia a muerte ha sido
conmutada por diez años de prisión. Durante los
dos primeros años, el Padre Velychkovskyi es
recluido en un campo de la región de Kirovsk;
más tarde es trasladado a las minas de Vorkuta.
A pesar del trabajo extenuante, el Padre
Velychkovskyi celebra la Eucaristía casi a
diario - usa como cáliz una lata. «Aquella
lata -dice el Arzobispo Hermaniuk- fue
su cáliz, su patena, su altar, su iglesia y nada
pudo destruir dicha iglesia porque estaba
fundada sobre su fortísima convicción y sobre la
gracia de Dios». Muchos meses antes
de su liberación, los amigos y compañeros
prisioneros del Padre Velychkovskyi se las
ingenian para que pueda trabajar, en lugar de en
la mina, en el hospital de la prisión. Un cambio
que le salva la vida porque diez años de prisión
y de trabajos forzados le han quebrantado la
salud. El 9 de julio 1955, el Padre
Velychkovskyi es puesto en libertad.
A su regreso a Lviv, el
Padre Velychkovskyi no encuentra ni iglesia ni
capilla donde ejercer su ministerio, pero esto
no lo desalienta. Se establece en un desván del
número once de la calle Vozzyednannia. Allí
construye un altar con viejas cajas de cartón.
Los fieles visitan al Padre en pequeños grupos
de cinco o seis a fin de participar en la
eucaristía. Durante el período de clandestinidad
de la Iglesia greco ortodoxa no teme celebrar la
misa todos los días, dirigir ejercicios
espirituales, y ser director espiritual de
muchos devotos cristianos. En 1959, la Sede
Apostólica nombra al Padre Vasyl Velychkovskyi
obispo de la «Iglesia del Silencio».
A causa de la difícil situación por la que
atraviesan las relaciones entre el Vaticano y la
Unión Soviética, su ordenación episcopal no
tendrá lugar hasta cuatro años después.
El decenio de prisión
no ha «corregido» o
cambiado al Obispo Velychkovskyi. Continúa «difundiendo
propaganda anticomunista entre la gente, no
participa en trabajos de utilidad social, no
cumple con sus deberes de ciudadano soviético;
escribe un libro sobre el icono de Nuestra
Señora del Perpetuo Socorro en el que trata de
probar, con ejemplos específicos, que los ateos
no pueden ser buenos ciudadanos; escucha las
transmisiones de radio Vaticana».
Esta lista de acusaciones basta para justificar
una nueva detención del Obispo Vasyl
Velychkovskyi que tiene lugar el 2 de enero de
1969. Esta vez la reclusión durará tres años. Se
cumplirán en Kommunarsk, cerca de Donbass, y
serán causa de un serio ataque al corazón del
Obispo Velychkovskyi.
El 27 de enero de 1972
finaliza el segundo período de prisión. Esta vez
se le prohíbe al obispo Velychkovskyi regresar a
Lviv. Es enviado a Yugoslavia para que «descanse».
Aprovecha para visitar a su hermana en Zagreb y
luego parte para Roma donde encuentra al
Patriarca Yosyf Slipyi. Mantiene también una
conversación privada con el Papa Pablo VI. Poco
después, a invitación del Arzobispo Maksym
Hermaniuk, el Obispo Velychkovskyi parte para
Canadá.
Desgraciadamente, su
estancia en la diáspora ucraniana del Canadá no
durará mucho. El 30 de junio de 1973 el Obispo
Velychkovskyi muere a la edad de setenta años
después de haber ejercido durante diez su
ministerio episcopal. Aunque su corazón ya no
late en su cuerpo, sigue golpeando nuestras
almas: «No temas por lo que vas a
sufrir: el Diablo va a meter a algunos de
vosotros en la cárcel para que seáis tentados, y
sufriréis una tribulación de diez días. Mantente
fiel hasta la muerte y te daré la corona de la
vida» (Ap 2,10).
Teniendo en cuenta los
testimonios sobre la vida virtuosa del Obispo
Vasyl Velychkovskyi y, sobre todo, su
perseverancia, su ánimo y su fidelidad a la
Iglesia de Cristo durante el período de
persecución, el proceso de beatificación dio
comienzo con ocasión del año Jubilar. El 2 de
marzo de 2001, concluido el proceso a nivel de
Eparquía, el caso es trasladado a la
Sede Apostólica. El 6 de abril de 2001, la
comisión teológica reconoce el hecho del
martirio del Obispo Vasyl Velychkovskyi. El 23
de abril es estudiado este mismo martirio por la
asamblea de los Cardenales y el 24 de abril de
2001 el Santo Padre Juan Pablo II firma el
decreto de beatificación del Obispo Vasyl
Velychkovskyi, beato mártir de nuestra fe
cristiana.