Domingo,
20 de
octubre
29º Domingo del Tiempo Ordinario
«El Hijo del hombre ha venido a dar su vida en
rescate por muchos»
Servir a la grandeza de Dios con sincero corazón es
servir tal como Jesús hizo.
Siendo justos, con desprendimiento, sin desear
ni buscar honores humanos. Ante la petición de
los hermanos zebedeos, Jesús
responde con paciencia, porque conoce nuestras
debilidades y la seducción del poder mundano; por
eso, ante el trono de su gracia
podemos encontrar auxilio oportuno. Jesús
quiere que en su Iglesia, en su fraternidad, no
se imponga el poder mundano, sino
la lógica de unos hermanos que se sirven
unos a otros y sirven a los más pobres. Sin
buscar ventajas ni privilegios,
sino que basta el humilde servicio.
Liturgia y
comentario
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